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Diciembre 2012
Edición No. 286
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¡Qué rápido se va el tiempo!

Eloy Dewey Castilla.

Los relojes siguen caminando al mismo ritmo pero sin embargo, hay la sensación de que el tiempo camina más de prisa o más rápido de tal manera que los acontecimientos se van sucediendo apresuradamente. ¡El tiempo vuela!

Científicamente nos han explicado que las 24 horas del día ahora son de 16 por la resonancia de la tierra de Schumann.

El tiempo es una consideración de que el espacio y las partículas persistirán. Por eso existe la experiencia de tiempo porque: hay distancia, velocidad de las partículas y movimiento con alteración de las mismas en ese espacio.

Las cosas comienzan y terminan y así sucesivamente.

La distancia se ha acortado, la velocidad incrementada y el movimiento se ha acelerado. ¿Por qué?

Nos ha tocado vivir en un mundo tendiendo a la globalización y a la productividad (hacer más con menos o más en el mismo tiempo), por la férrea competencia y la maximización del placer.

Dejando a un lado el sentimiento o percepción de que el tiempo vuela, ante este panorama la vida es estresante para todos los actores involucrados en esta época de cambio. Aún no nos acostumbramos a vivir al ritmo de los acontecimientos que evolucionan muy rápido.

Simplemente por tomar una de las variables que cambian segundo a segundo: los precios de las monedas, los metales, los productos agrícolas, las acciones en las bolsas, el clima, etc. Esto hace muy difícil predecir el futuro y de tener datos estables.

Ya no se sabe el precio de las cosas porque cambian muy seguido.

La velocidad del movimiento es lo que nos altera. Ya no hay calma ni paz para discernir los acontecimientos; sólo reaccionamos alterados porque esta nueva velocidad no gusta y es un fenómeno “nuevo”.

“Todo es para ayer”, “tan instántemente como sea posible”. Todo mundo corre y corre para cumplir su cometido o su trabajo.

Los que ya se acostumbraron a la nueva velocidad del movimiento, ahora son exigentes con los demás y les piden que actúen a este nuevo ritmo de vida que demanda soluciones extremadamente rápidas. Unos están empujando a los otros para que todos andemos en la misma frecuencia de agitación.

Las noticias de hace rato ya no son noticia en la noche y menos el día de mañana.

El fenómeno viral, la realidad virtual y el efecto mariposa están más presentes que nunca en nuestro diario acontecer.

¿Porque sorprenderse de que el tiempo va cada vez más rápido y las fechas se llegan con mayor rapidez si todo va avanzando en esa dirección?

La nostalgia del pasado de nada sirve para sosegar esta tendencia que va con tanto frenesí.

Está bien que extrañemos las cartas por correo, los viajes en buques como el Titanic, las comidas lentas, el periódico con las noticias interesantes de ayer, el romanticismo de antaño, los efectos lentos del alcohol, etc. Pero eso ya quedó atrás y todo apunta a mayor velocidad del movimiento, no a la inversa.

Simplemente, hay que tomar otra actitud para que en este nuevo ambiente de “prisas” se actué con sensatez y nos podamos mover a la nueva velocidad como si fuera algo normal. Hay que hacer de esta nueva realidad, nuestra realidad y responder en consecuencia.

Si no se hace así, quienes se resisten acabaran siendo personas “obsoletas” y sufrirán las consecuencias por no montarse al avión de alta velocidad o vivirán constantemente estresadas al no tolerar la nueva realidad impuesta que les disgusta.
“Despacio que vamos de prisa”.“Vivir el instante a plenitud”

¡Suerte a todos!

 

Eloy.dewey@hotmail.com
@eloydeweyc

 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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